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Concienciación Intersexual

Con motivo del día de la Concienciación Intersexual (26 de octubre) y el día de la Solidaridad Intersexual (8 de noviembre), el 4 de noviembre podremos disfrutar de la obra de teatro y coloquio “Hermafroditas a Caballo o la Rebelión del Deseo”, en la Escuela Navarra de Teatro. Esta obra, que habla de la intersexualidad en primera persona, pretende, por un lado, ser una herramienta de denuncia por el silencio y las violencias que sufren los cuerpos intersex y por otro lado, una herramienta de celebración de los cuerpos diversos.

 

Además pretende ser una propuesta para generar redes entre personas intersex e interpelar a todas las personas a escribir nuevos diálogos sobre los cuerpos. Para saber más sobre todo ello y mirar la realidad intersex más de cerca, hemos entrevistado a Laura Vila Kremer, Raquel Loscos y Victor Ramirez Tur, creadoras de este proyecto que conjuga arte y activismo sobre el escenario.

Queremos conoceros un poco más ¿Quiénes sois?

 

R.L: Nosotras somos el colectivo “Que no salga de aquí”, centrado en investigar y crear en torno a las intersexualidades. Entrando al detalle, somos Laura Vila Kremer actriz y activista intersex y feminista, Victor Ramírez Tur, doctor en Historia del Arte con una línea de investigación siempre centrada en el cuerpo y cómo el arte refleja el cuerpo, y la resignificación de estas explicaciones del cuerpo desde la Historia del Arte y de la performance. Y Raquel Loscos guionista, dramaturga y directora de teatro. Para explicar quiénes somos más en el hacer, nos gusta pensar que nuestro colectivo es como una mesa que se aguanta sobre estas tres patas: Una pata activista, una pata como académica o de reapropiación de la academia y una pata en las artes vivas. Nos gusta explicarnos así porque nosotras aparte de ser un colectivo somos muy amigas. Nos conocimos en la facultad de comunicación audiovisual y hemos visto desde entonces, que teníamos 18 años, cómo íbamos desarrollando cada una nuestra carrera en esos ámbitos, en la academia, en el activismo y en las artes vivas. Entonces en un cierto punto, ya cada una con 10 años de carrera en una de estas direcciones hemos visto que podíamos unir nuestros poderes en este colectivo. Y en eso estamos.

Las intersexualidades, aunque las definamos así, aunque solamente, sean una diversidad más, posible, natural, de esas características sexuales que no encajan en el patrón binario, son sobre todo, cuerpos que han recibido una violencia muy concreta.

El 4 de noviembre en Iruñea a las 19:00, realizáis vuestra obra “Hermafroditas a Caballo o la rebelión del Deseo” en la escuela Navarra de Teatro, actividad que forma parte de la programación de otoño Harrotu Centro LGBTI de Pamplona, en torno a la visibilidad de la realidad intersex. ¿Podríais explicar qué significa la intersexualidad para quienes nos leen y desconocen esta realidad?

 

L.V.K: A mi me gusta definir las intersexualidades, y creo que desde el activismo intersex con otras compañeras las definimos así, como todas esas posibilidades de anatomía sexual, es decir, todo tipo de combinación de cromosomas sexuales, anatomía genital interna y/o externa, gónadas, hormonas, que no encaja en la típica definición binaria de cuerpos macho y por tanto, hombre, y por tanto masculinos. Y de cuerpos, hembra, por tanto mujer, por tanto femeninos.

 

En esa clasificación anatómica binaria entre macho y hembra que al final sabemos que también ha venido clasificando nuestro género y nuestro deseo. Todas esas posibilidades anatómicas que ya desde su propia biología, ponen en jaque o cuestionan, esa norma binaria. A todo eso es a lo que llamamos intersexualidades.

 

Es cierto que, si solamente estuviéramos hablando de diversidades naturales, saludables, deseables, en la combinación de características sexuales, cualquier persona podría decir, “bueno cualquier clítoris es diverso y es diferente a otro, todos los penes son diferentes, todas las vaginas, todas las vulvas”. Quiero decir, diversidades, hay muchas. No todo el mundo tiene acceso a sus cromosomas sexuales, ni a sus niveles de hormonas.

 

Esto tiene que ver porque las intersexualidades, aunque las definamos así, aunque solamente, sean una diversidad más, posible, natural, de esas características sexuales que no encajan en el patrón binario, son sobre todo, cuerpos que han recibido una violencia muy concreta. Y eso es lo que decimos que une a las experiencias intersex, no solamente el cuerpo, porque el cuerpo es el mismo, antes y después del diagnóstico.

 

Lo que une a las experiencias intersex, precisamente es que han recibido una violencia social, una violencia médica, una violencia, evidentemente, heteropatriarcal, que ha intentado hacer encajar, de diferente forma su cuerpo. A veces, en el momento del nacimiento, porque hay una diversidad genital visible. A veces en el momento de la adolescencia porque los cambios no son los que se esperan en los caracteres sexuales secundarios. A veces, incluso en la edad adulta, ha habido gente que ha recibido un diagnóstico de intersexualidad. Es decir, hay muchas maneras de saber que eres intersex, pero actualmente, lo que desgraciadamente une a esas experiencias, es la violencia que han recibido, o en el momento del diagnóstico, o del no diagnóstico, es decir, no tener suficiente acceso a la información, o en el momento de vulneración de derechos a la integridad física.

 

Aspiramos a explicar las intersexualidades como esa variabilidad de cuerpos, que anatómicamente, sexulamente son diversos, y ojalá solamente las pudiéramos definir así, pero de momento,desgraciadamente, hay mucha violencia detrás de estas experiencias corporales.

 

Y por último, me parece relevante, es que los cuerpos intersex que reciben esta violencia social y médica, porque hay un diagnóstico inicial. Ese diagnóstico tiene que ver con que estos cuerpos, no entran dentro de los parámetros médicos binarios que hacen que un cuerpo, según la medicina, sea sano. Es decir, yo encajo en esos parámetros, por mis cromosomas, por mis testículos internos, por mi clitoris, por mi vagína, por mi pene…o por lo que sea, y eso es lo que hace que reciba un diagnóstico que es patologizante, y encima que es muy medicalizador.

 

Lo que pasa es que una parte de esa diversidad sexual que nos atraviesa a todas, no entra en esos parámetros médicos, y entonces no recibe ningún diagnóstico.

 

Pero eso no quiere decir que no sea más o menos diverso a nivel anatómico, simplemente quiere decir que no ha recibido la violencia que han recibido los cuerpos diagnosticados de intersexualidad, porque no entra dentro de esos parámetros. Pero las que entremos en esos parámetros, que son construcciones socioculturales, porque no olvidemos que la medicina también es una construcción sociocultural, son las que recibimos esa violencia concreta.. Por aclararlo, porque a veces parece que la medicina es neutral, y simplemente cuida de nuestro cuerpo y biología, pero la medicina también es un relato construido históricamente y socioculturalmente, y eso hace que los parámetros, incluso los que diagnostican la intersexualidad, van cambiando.

Y en relación a todo esto. ¿Desde dónde surge este proyecto? y ¿qué objetivos queréis alcanzar con el mismo?

 

V.R.T: El origen del proyecto es muy concreto, y parte de la invitación a participar en el Cabaret Trans de Barcelona (http://cabarettrans.com/) organizado en el 2019. Cabaret Trans es un evento para celebrar las vivencias Trans, que se lleva organizando en Barcelona desde hace más de 10 años, la mayor parte de veces en el Espai Francesca Bonnemaison. En el centro de la ciudad. Miquel Misse, nos invita ese año, sabiendo que Laura Vila, no solo es activista intersex, sino también actriz, a realizar una pequeña pieza que formase parte de ese cabaret para también comenzar a tejer alianzas entre la “T”, que obviamente es la que ha ocupado históricamente ese espacio del Cabaret Trans, y ahora la “I”. Después de pensarlo, es justo cuanto Raquel, Laura y yo, nos ponemos a trabajar en una pequeña pieza, que es la que va a dar título al colectivo, “Que no salga de aquí”. Nos hace sentir tan bien que decidimos que esa pieza debe expandirse, convertirse en un proyecto mucho más amplio, que es este: Hermafroditas a Caballo o la rebelión del deseo. Esta especie de cápsula, “Que no salga de aquí”, de 15 minutos, tiene algunas relaciones, con la obra que ahora presentamos en Iruñea, y es una pieza que ya ha circulado de manera independiente, en festivales LGBTI, incluso, en espacios educativos.

 

En ocasiones también como teatro forum, después de presentar esta pieza de 15 minutos, se ofrece un debate o más información en torno a las intersexualidades. Con la pieza actual, nos planteamos 3 ejes: El eje de denuncia y visibilización, el eje de celebración y el eje de propuestas.

 

Esta es una pieza en la que las espectadoras podrán conocer aquellas denuncias de todas la violencias vividas por personas intersex, y de la misma forma, acceder a la visibilización de sus malestares. El segundo eje es para celebrar esta diversidad fascinante de cuerpos. Proponiendo que sean cuerpos que se asumen también como territorios de deseo, habitables, territorios fascinantes, territorios a reclamar porque rompen con la norma binaria, más aún cuando, todas estas últimas cuestiones han sido invisibilizadas, obstaculizadas o descartadas.

 

Y como deseo, obviamente, que gire y que circule lo máximo posible, pues es una pieza que creemos que puede mover tanto por el circuito escénico, como por el de políticas públicas LGBTIQ o en entornos educativos. Así que, estamos enormemente agradecidas por esta primera parada que será en Iruñea, presentando esta pieza, que esperamos que siga circulando lo máximo posible.

Estamos hartas de que el único archivo que recoja nuestras vivencias sea un archivo médico.

Habláis de este proyecto como un cuento que rastrea la evolución del mito hermafrodita hasta la actualidad, y lo que es más importante, cómo cambia la historia cuando una se re-apropia de la historia y la narra en primera persona. Expresabáis en la escocesa.org que “estáis hartas de que el único archivo que recoja vuestras vivencias sea un archivo médico”. ¿Cuáles son los daños, sesgos, o discursos constreñidos que ha generado esta historia no narrada en primera persona sobre la realidad intersex? Y ¿cuál es vuestra narración? aquella que también desde aquí queremos promover para que nos atraviese a todas.

 

L.V.K:  En torno a las intersexualidades se han generado muchos mitos, como por ejemplo, que tiene dos sexos, que tiene que ver con el hermafroditismo, cuerpos que son un tercer sexo. Las personas intersexuales no tenemos dos sexos, porque no existen dos sexos como tal, eso querría decir, que hay dos únicos dos sexos válidos y no es así.

 

El sexo por mucho que nos lo intenten explicar desde una lógica que intenta hacer permanecer la norma binaria, no es así. El sexo es todo un continuo, y cómo digo, hay veces, que por esa construcción de esos indicadores médicos, hay algunos cuerpos que no encajaban en el relato normativo. Estos cuerpos han venido poniendo en jaque históricamente este relato, y no convenía que se explicarán los sexos desde ahí. Las personas intersex no tenemos los dos sexos, ni somos capaces de autoreproducirnos.

 

Está este mito del caracol hermafrodita, aunque sí que es cierto que nos hemos apropiado de esta palabra, y queremos embellecerla y resignificarla. Y támpoco somos un tercer sexo, porque eso no hace mas que estigmatizar, esa tercera casilla. Desde el activismo intersex al menos, en el europeo y occidental, que es al que hemos tenido más acceso, y aunque haya habido propuestas en algunos paises de una tercera casilla en la mención de sexo, no reivindicamos esa tercera casilla.

 

Las personas intersex tampoco estamos enfermas, no tenemos una malformación ni una patología, nuestros nuestros cuerpos están sanos, lo que pasa es que no nos los han explicado. Y lo que no se explica no se puede imaginar, y lo que no se imagina, no se puede desear.

 

Todos esos mitos han alimentado ese relato que no era el nuestro. Un relato que no era en primera persona. Nosotras apostamos por hacernos protagonistas, por explicar nuestra propia historia, por tejer un relato colectivo de historias intersex. Y de alguna manera aspiramos a que ese relato interpele al público endosex, es decir, a las personas que no son intersex. Y sobre todo, interpele para que desde la diversidad que está presente en todos los cuerpos puedan empatizar. Porque cuerpos que rompen la norma hay muchos, de hecho, nosotras creemos que todos los cuerpos la rompen, porque es muy difícil cumplir con los mandatos de la heteronorma. Es muy difícil, porque el sistema heteropatriarcal es un sistema muy rígido para todas las personas, y porque no hay nadie 100% hombre ni 100% mujer. Eso es imposible. Aspiramos a interpelar a esas experiencias que no son intersex, pero que desde su propia diversidad pueden entender la violencia que estos cuerpos han recibido. Porque cuerpos que reciben violencia hay muchos. Las compañeras gordas, bolleras, compañeras con diversidad funcional, compañeras racializadas…hay muchas compañeras que pueden entender. Pero no sólo las que reciben un tipo de violencia heteropatriarcal concreta, sino también cualquier cuerpo. Y aspiramos a eso, a interpelar a esas otras historias, que puedan empatizar y que puedan ayudarnos a tejer un relato que no solamente sea un relato intersex, sino un relato de todas.

 

Y aspiramos por tanto, aunque sea una utopía, al desetiquetado. Porque, el día en que un cuerpo intersex, aunque podría ser otro tipo de cuerpo oprimido, sea entendido como parte de la diversidad, como parte de la posibilidad natural de nuestros cuerpos, entonces no tendrá sentido la categoría intersex, porque la categoría intersex nace de la violencia que reciben esos cuerpos. Desde ese sentido aspiramos a que todas esas etiquetas puedan desvanecerse, pero no porque entendamos que todas somos diversas, que eso creo que estamos en camino de entenderlo, sino porque acabemos con todas la violencias que reciben esos cuerpos.

Teníamos que buscar la manera de que diferentes personas nos contarán sus vivencias sobre la intersexualidad, contando que son experiencias muy silenciadas, muy sufridas y que puede ser que quieras permanecer en el armario.

Habláis de hacer un llamamiento a la horda intersex. Presentáis a la hermafrodita a caballo, no como una guerrera, sino como una amante capaz de reclutar, cuerpos hasta ahora impensables, y por lo tanto difíciles de desear. Creemos que ha sido clave a la hora de desarrollar vuestro proyecto. ¿Qué queréis decir con este llamamiento? ¿Por qué se necesitan hordas intersex?

 

R.L:  Esta es una motivación muy fuerte desde el inicio del proceso de creación. Y ya en la palabra horda estuvimos un buen rato para decidir qué era exactamente lo que queríamos reclutar. Si era una armada, era una guerrilla… y llegamos a horda porque tenía esta idea de organización desorganizada, que era lo que queríamos promover. Este juntar voces intersex, nace de la pieza “Que no salga de aquí”, la obra previa a “Hermafroditas a Caballo”, que le da nombre al colectivo. Por cierto, es una frase textual que reciben muchas de las personas diagnosticadas de intersexualidad. Se les pide que no lo expliquen porque eso va a desbarajustar su vida, y es ahí donde está el gran problema, en no compartir.

 

En el espectáculo “Que no salga de aquí” la voz de la intersexualidad era una, y era la de Laura Vila. Era una única voz y había diferentes personajes, y partía de una única experiencia. Aunque es cierto que tu experiencia no es únicamente tuya, porque bebes de muchas cosas, porque las compartes. Pero estábamos hablando sobre todo de una vivencia concreta. Y por ello, para este segundo espectáculo, queríamos que esta vivencia fuera compartida, recoger muchas voces y elaborar una para nuestro espectáculo.
Por una parte queríamos hacerlo en la ficción, queríamos explicar como pasan en la historia a formar parte de esta horda, pero nos dimos cuenta que lo teníamos que hacer también, en la realidad. O sea, que teníamos que buscar la manera de que diferentes personas nos contarán sus vivencias sobre la intersexualidad, contando que son experiencias muy silenciadas, muy sufridas y que puede ser que quieras permanecer en el armario.

 

Nos planteamos hacer un llamamiento en redes sociales para ser reclutado para esta horda. Lo que planteamos a las personas que contestaban a este llamamiento, consistía en enviar una serie de preguntas pero un poco a modo de juego, no tanto un cuestionario, sino cosas que fueran algo divertidas de contestar y colaborar. Con las voces de estas personas, que fueron más de 20, compusimos, no sólo el relato, sino la parte visual del espectáculo. Hay un momento en el que hay una serie de proyecciones sensoriales que están compuestas con las respuestas de este llamamiento. Nosotras consideramos que hemos reclutado y que estamos reclutando una horda que cada vez que hacemos el espectáculo va creciendo.

Entendidas las hordas intersex, como redes de personas intersex que se encuentran, se apoyan y avanzan hacia la conquista del derecho a la integridad, al placer y a vivirse libremente. ¿Qué redes existen hoy en día, a las que cualquier persona intersex podría sumarse? ¿Podríais decirnos alguna?

 

L.V.K: Actualmente existen muchas redes a las que a través de las redes sociales se accede rápidamente.

 

En el estado Español, ha habido históricamente un activismo más “médico”, porque hace unos años se organizaba sobre todo en torno a grupos de apoyo a familiares y persona de adultas que se etiquetaban con una categoría médica concreta: Grupo de apoyo a… y aquí entraría la diversidad de etiquetaje médico de síndromes y malformaciones varias. Aunque esos grupos de apoyo han tenido un carácter muy médico, también es cierto que nos ha permitido tejer unas redes para encontrarnos más allá de lo médico, porque lo que necesitábamos era encontrarnos, identificarnos, tener referentes y organizarnos.

 

Además de mucho diálogo con los médicos, que necesitaban que alguien les explicase de qué va el cuento. Pero después han ido apareciendo nuevos colectivos. Es algo muy reciente de los últimos años, colectivos de personas intersex más allá de la categoría médica. Eso es lo interesante de la revolución de los últimos años en cuanto al activismo intersex.

 

En el 2019 apareció en el Estado Español la primera organización intersex por la diversidad corporal que se desvinculan de las categorías médicas, y ahí entrábamos cuerpos diagnosticados de muchos tipos, pero que al final tenían experiencias muy comunes. Esta organización es la organización Kaleidos ( https://kaleidosintersex.com/visibilidad-intersex-2/ ) a nivel estatal. Además de esta, sigue habiendo grupos de apoyo, en el que algunas de nosotras nos hemos ido encontrando como el grupo GrapSia (https://grapsia.org/) . Estos grupos de apoyo, conviven con estas organizaciones intersex y colectivos que también van apareciendo. Hace poco, hemos formado el colectivo “I de Intersex” (ideintersex@gmail.com) con Mer Gomez, que también intenta ser un colectivo intersex por la diversidad y por la visibilidad.

 

En el contexto Europeo y occidental en cambio, hay cada vez más visibilidad, cada vez más colectivos y cada vez más personas individuales tejiendo redes a través de las redes sociales, internet y las nuevas tecnologías, elaborando sus propios relatos de vida, desarmarizandose y haciendo visibilidad desde su propias experiencia e ir creando referentes. Uno de los grandes problemas, es que no teníamos referentes, sobre todo, y me parece importante, es que han sido historias, que además de toda la violencia que han recibido de manera explícita, han recibido la receta del silencio. Y esto ha estado presente en todas las experiencias intersex que conozco. El silencio era algo que se recetaba desde la consultas, y que hemos mantenido todas nosotras. Ese silencio, hacía que no nos fuera fácil encontrarnos entre nosotras. Nadie nos facilitaba el encuentro y nosotras mismas rechazamos o nos costaba acceder a esas compañeras. Yo tuve muy integrado el discurso del silencio y no se lo conté ni a mi gente más íntima. Entonces empezar a tener referentes, en este sentido, es muy empoderador. Porque que haya adolescentes hoy en día que saben que son intersex y que tienen acceso a relatos de vida empoderadores, desde la celebración de nuestros cuerpos, desde el encuentro, desde esta diversidad más eufórica creo que eso es tremendamente transformador.

El silencio era algo que se recetaba en las consultas.

¿Por qué es importante hacer redes? ¿Sería interesante también aquí en Navarra? Alguna recomendación..

 

V.R.T: Precisamente en la obra hablamos de la importancia de hacer redes, porque a muchas personas intersex se les ha invitado a pensar “Para qué te vas a juntar con otras personas, ¿para llorar?”. Si se impide que los cuerpos y las identidades disidentes no hagan redes es porque conoces la fuerza de hacer redes.

 

Al hacer una red la voz se hace más fuerte, la lucha más intensa, el empoderamiento más sólido, las seducciones se expanden… y sabemos la importancia de hacer redes, no sólo con perfiles intersex sino sobre todo con perfiles que también sufren violencias heteropatriarcales. Entonces para las personas que se viven y se piensan como identidades no normativas o disidentes en Navarra, al margen de las asociaciones que ya cuentan, si son personas específicamente intersex pueden remitirse a esos colectivos que ya existen o escribirnos directamente a nosotras, en redes (Colectivo Qué No Salga de Aquí).

 

Y sobre todo animarles a que no tengan miedo a llamar a todas esas asociaciones con las que puedan intuir que tiene sintonía, porque si finalmente esa no es su asociación, seguramente esa asociación te pone en contacto con otra y hay una gran red de trabajo a la que acudir.

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