Derechos Humanos LGTBI+
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Derechos Humanos LGTBI+

En todo el mundo sigue habiendo todavía constantes agresiones y vulneraciones de derechos humanos por la persona a la que ama, por cómo viste o por quién se es. Hoy celebramos el día internacional de los derechos humanos, día en el que tenemos que seguir defendiendo nuestros derechos a algo tan básico como expresarnos tal y como somos, como mostrarnos afectivamente de manera libre o vestir o actuar de una manera u otra.

A lo alto y largo del mundo siguen dándose infinidad de formas de discriminación basadas en la orientación sexual de la persona (por quién siente atracción), en su identidad (quien es o como se define), su expresión (cómo se expresa, se viste, se peina o se maquilla) y sus características sexuales (por ejemplo, sus genitales, cromosomas o niveles hormonales).

Los datos son alarmantes:

  • Solo entre octubre de 2017 y septiembre de 2018, 369 personas transexuales fueron asesinadas
  • Se sigue obligando a muchas personas intersexuales a someterse a peligrosas, invasivas y completamente innecesarias operaciones, cuyos efectos secundarios tanto físicos como psicológicos pueden durar de por vida.
  • Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo se consideran delito en 70 países, y en 9 de ellos —como Arabia Saudí, Irán, Sudán y Yemen— pueden castigarse con la pena de muerte.
  • Los festejos del Orgullo están prohibidos en varios países, entre ellos Arabia Saudí, Rusia, Uganda y, más recientemente, Turquía (donde se ha prohibido después de que se viniera celebrando desde 2003).
  • En Chechenia se dieron secuestros, torturas incluso asesinatos contra hombres gays, con la gravedad que conlleva que fueran incitados por una campaña del propio estado Checheno.
  • En Bangladesh, grupos armados han asesinado a machetazos a activistas LGBTI, pese a lo cual ni la policía ni el gobierno han tomado medidas de calado para impartir justicia a las familias de las víctimas. En muchas partes de África subsahariana, la población LGBTI vive con el temor de ser identificada, y agredida por ello, o incluso asesinada.

La situación sigue siendo muy preocupante en infinidad de países del todo el mundo. Pero no todas las cifras son negativas y poco a poco las diferentes luchas por los derechos LGTBI+ de infinidad de colectivos en todo el mundo, van dando sus frutos.

Hoy en día, al menos 43 países catalogan los delitos de homofobia como delitos de odio.

A fecha de mayo de 2019, 27 países habían legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, entre ellos Argentina, Canadá, Irlanda, Malta, Sudáfrica y Uruguay.

En algunos países, la población trans puede conseguir que su sexo sea legalmente reconocido (aunque en muchos casos, deben someterse a humillantes y gravísimos procesos como un diagnóstico psiquiátrico o una esterilización irreversible) y en países como Argentina, Bélgica, Colombia, Dinamarca, Irlanda, Malta y Noruega es posible hacerlo sin pasar por estos procesos.

***Para más información sobre la situación legal en cada país, visitar: https://transrespect.org

Diferentes organismos europeos regulan estos derechos y legislación internacional recoge que todas las personas tenemos derecho a expresarnos con libertad. La Declaración Universal de Derechos Humanos (en el artículo 19) regula el “derecho de toda persona a expresarse con libertad”. Todavía hay muchas personas que sufren peligro de recibir gravísimos daños físicos y psicológicos, aunque la legislación recoja que “toda persona tiene derecho a la vida, la libertad y la seguridad”. Además, muchas personas LTGBI+ seguimos sufriendo exclusión económica y social, por nuestra identidad, orientación o expresión, vulnerándose así nuestro “derecho a la salud, la educación, la vivienda y el empleo”.

Amnistía Internacional, por ejemplo, asumió el compromiso de combatir la discriminación de la población LGTBI+ en todo el mundo y para ello propuso recomendaciones a los gobiernos sobre cómo mejorar en este sentido las leyes, para proteger los derechos de toda la población. Esta campaña influyo en la legislación de países como Grecia, Dinamarca y Noruega o como en Taiwán donde sus tribunales resolvieron que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo era inconstitucional.

En Navarra, poco a poco, también se van dando pasos ya que desde 2017 contamos con la “Ley Foral 8/2017, de 19 de Junio, para la igualdad social de las personas LGTBI+”. Esta ley, aparte de proponer una nueva organización administrativa en esta área, propone nuevas políticas públicas, regulando diferentes medidas (algunas de ellas bastante concretas) en el ámbito social, de la salud, familiar, educativo, laboral, de juventud, de ocio cultura y deporte, de cooperación internacional, de la comunicación y policial, además de regular varios aspectos de temas administrativos. Esta ley, al igual que el “Plan de Acción 2019-2022” que desarrolla la propia ley, fue debatida con diferentes colectivos y recoge muchas medidas que, aun pudiendo ser mejoradas algunas de ellas, van en buena dirección.

Aun así, todavía queda mucho para poner todo eso en marcha, y en demasiadas ocasiones las medidas se toman de forma más lenta de lo que nos gustaría. No cabe duda de que esta ley es bastante pionera y recoge muchos aspectos que podrían mejorar las realidades de muchas de nosotras, gracias a la presión ejercida durante años por los colectivos LGTBI de todo Nafarroa. Pero no vale con recogerlo sobre el papel. Se deben tomar medidas y se deben tomar YA. Para que ninguna persona vuelva sufrir nunca ninguna vulneración de sus derechos más elementales por su identidad, por su orientación o por su forma de expresarse.

Aunque el movimiento LGBTI ha conseguido, sin duda, notables avances, también en el ámbito legislativo, aún queda trabajo por hacer. La organización y la movilización son indispensables; visibilizando la diversidad, presionando para que las instituciones legislen y doten de recursos, plantando cara a cualquier agresión. Todo suma y todo es necesario para que, además de ver respetados todos nuestros derechos, podamos expresarnos diversas y libres.